Los jugadores de Chicago festejan, los de Morón no lo pueden creer. |
Con un
aliento constante, Nueva Chicago logró empatar en el último minuto ante
Deportivo Morón con gol de Emiliano Ronconi, que hizo delirar a la gente
verdinegra y amargar a la gente del gallito. No se festeja, pero suma…
Los
dirigidos por Mario Finarolli arrancaron el encuentro dormidos y tanto
Christian Gómez como Martin Peyran, no lograban asociarse con el único
delantero en cancha que disponía el verdinegro, Emanuel Fernándes Francou. Esta
situación fue aprovechada por la visita que tomó el poder del mediocampo e
inquietaba a la defensa verdinegra, provocando que tanto Lanaro, como Escudero
y Sainz, corten siempre las jugadas con faltas para evitar el ataque del Gallo.
Con un
Gerardo Martinez inspirado, Deportivo Morón se encontró con la apertura del
marcador y la victoria parcial, tras un enorme zapatazo desde 35 metros luego de un
tiro libre a favor, imposible para Nicolás Tauber.
A
partir de ahí el equipo que mudó su cancha a Cautelar, dominó los 25 minutos
restantes ante un toro dormido y sin reacción en el ataque.
Ya en
el complemento los dirigidos por Luis Landaburu (Mario Finarolli no estuvo
dentro del campo de juego por haber sido expulsado ante la
UAI Urquiza), cambiaron su mentalidad y con
Montenegro desde el arranque (reemplazó a Alejandro Melo), se animó a más y
tuvo situaciones que hicieron temblar el arco defendido por Migliardi.
La
gente apoyaba, a puro grito, agitando las banderas, prendiendo bengalas, con
fuegos artificiales, y el mensaje dentro de la cancha llegó.
Morón con
el correr de los minutos se metía cada vez más atrás y aún con un jugador más
tras la expulsión de Germán Lanaro, no aprovechó la ventaja y fue juntando
jugadores bajo sus tres palos.
Con un
Gomito activo en los últimos minutos, Chicago fue otro y contó con situaciones
claras, que no fueron aprovechadas por los ejecutores finales (Ronconi de
cabeza, Montenegro luego, etc.).
Pero
Chicago es así, le gusta sufrir, y es por eso que en la última jugada, en el epílogo,
cuando ya nadie esperaba nada, Christian Gómez remata con gran potencia que
obliga a Migliardi a dar rebote, el cuál es capturado por Emiliano Ronconi, que
sin dudarlo patea para clavar el agónico empate en Mataderos, para el delirio
de esas miles de personas que fueron a alentar a apoyar y alentar su equipo
como en las anteriores dos fechas ante Atlanta y Estudiantes de Caseros.
En la
previa, si a un hincha de Chicago le preguntabas por un empate, la respuesta
iba a ser NO, caso contrario para un hincha de Morón que hubiese firmado de
inmediato. Pero por cómo se dio el partido, los roles se cambiaron y el punto
dejo un sabor dulce en el torito, porque si no podes ganarlo, mejor empatarlo,
y hoy Chicago pudo lograrlo en la última jugada…
No se
festeja el empate, pero por como se dio, es muy importante en lo anímico más
que en lo “numérico”.