Ariel Jesús recordó el ascenso ante Instituto en 2001 y repasó su carrera como futbolista de Nueva Chicago. Además, dejó en claro su deseo para que los futbolistas formados en el club tengan lugar una vez culminada la pandemia.
En el mes donde se cumple un nuevo aniversario del ascenso del 2001, “Mingo” reconoce que nunca observó el partido completo hasta hace poco. “Subieron el video del 2001 entero y la verdad que nunca lo había visto. Creo que mi mejor primer tiempo fue en la final en Córdoba. Ese día estaba enchufadísimo y me salieron todas las jugadas, a pesar de que no hice goles”, describió en charla con Mundo Chicago.
Su desborde y amagos en el arranque sirvieron para servírsela en bandeja a “Pocholo” Sánchez, que marcó el primer gol de aquella noche. Eso demuestra que lo que dice Jesús no es mentira. En una cancha que rebalsaba, el equipo conducido por la dupla integrada por Roberto Vega y Jorge Traverso dio una nueva muestra de coraje: “Nosotros estábamos tranquilos. Veníamos de un año difícil, pero entraba o salía un jugador y no se notaba porque estábamos todos parejos. El compromiso del plantel fue muy grande y gracias a Dios lo culminamos con el ascenso”.
En el comienzo de la temporada, nadie imaginaba semejante final. El equipo tenía que sumar muchos puntos para salvarse del descenso, debido a que eran siete los equipos que bajaban de categoría y el "Torito" se encontraba muy al fondo de la tabla de promedios. Es por eso que cada partido se vivió como una final en ese plantel: “La mentalidad nuestra era salvarnos del descenso, pero a medida que iban pasando los partidos se hizo un equipo muy duro y todos rendimos”. Además, el delantero agregó cuál fue la clave para lograr semejante hazaña: “En el vestuario sabíamos que no dependíamos de uno, sino que de todos, porque uno solo no se podía salvar”.
Tras el pitazo final y el 3 a 2 concluido, la algarabía era toda verdinegra. En el campo de juego los jugadores se abrazaban y festejaban, en las tribunas las miles de almas presentes lloraban de emoción porque el conjunto de Mataderos volvía a Primera luego de unos largos 18 años. Pero si buscamos fotos de los festejos del plantel, es difícil que encontremos a Ariel, ya que además de celebrar, se dedicó a otra cosa post ascenso: “No estoy en ninguna imagen del festejo en los vestuarios porque me quedé dándole pasto a la gente que me lo pedía. Fue una alegría enorme, lo máximo, tocar el cielo. No tiene comparación con nada, ni con la Selección”.
El descenso quedó lejos y Chicago terminó volviendo a Primera y ahora había que demostrar que no fue una casualidad subir junto a Banfield, y el club tenía una buena posibilidad de asentarse: “La clave fue mantener el plantel. Lamentablemente perdimos tres jugadores que me hubiese gustado compartir como René Kloker, “Pocholo” Sánchez y Mario Marcelo, quienes fueron importantes en el ascenso, son del club y quizá hubiese sido bueno que cumplan el sueño que se propusieron toda su vida que es salir campeón y jugar en Primera “A” con la camiseta de su club”.
Tras ser goleador en una de las tres temporadas disputadas en la elite del fútbol argentino con la camiseta del "Torito", “Mingo” quedó libre y no tuvo la oportunidad de renovar y es por eso que comenzó su camino con otras camisetas. El delantero pasó por Huracán, Estudiantes de Caseros, Tristán Suarez, Deportivo Español y por último Argentino de Merlo, pero es aquí donde tal vez el ex jugador se lamenta debido a que nunca pudo volver a ponerse la verdinegra: “Nunca me hubiese querido ir del club. Quise volver dos, tres veces y me cerraron la puerta. Quizás ese es el dolor que tengo de no poder retirarme en mi club, donde nací. Creo que lo más feo que pasé en mi club fue irme y no poder retirarme ahí”.
Pese a su dolor y bronca por no haber cumplido ese sueño que tenía, Jesús dejó un mensaje conciliador y positivo para con el Verdinegro: “En ese momento estaba dolido, pero uno tiene que entender que cuando pasan esas cosas no es Chicago el que toma decisiones, sino que es la gente que lo maneja. Por eso a veces cuando pasan cosas feas, a uno le duele porque en realidad estamos hiriendo a nuestro club, a Chicago, no a un presidente o a un jugador”.
El 6 de junio fue el cumpleaños número 46 del oriundo de Tablada y sus deseos a la hora de soplar las velas de la torta fueron claros: “Mi deseo es que nos vaya bien como institución. Que la gente se acerque y no le saquemos más nada. A Chicago hay que ayudarlo, nos tenemos que acercar. Basta de sacarle cosas al club. Es un momento de hacer un cambio. Somos muy grandes y no nos damos cuenta de las dimensiones del club. Mi deseo es que cambiemos todo y lo ayudemos para sacarlo adelante”.
Por último, desde su experiencia vivida, el ídolo de muchos hinchas dejó un mensaje para todos aquellos ex jugadores que desean volver a vestir la camiseta de sus amores: “No le cerremos las puertas a los ex jugadores del club. Eso es doloroso para nosotros. Siempre queremos volver, es nuestro club, nuestra casa, el que nos dio la posibilidad de jugar en Primera, de cumplir nuestro sueño. Siempre soñamos con regresar a nuestro club, pero no depende de nosotros, sino de la gente que maneja en ese momento”.
Por: Federico Tallarico