"FUERA DE PLANES ES UN LIBRO HOMENAJE AL PLANTEL"

Este sábado a las 15 se presentará “Fuera de planes” en el estadio Nueva Chicago. El autor del libro, Martín Ciraolo, dialogó con Mundo Chicago y contó qué lo motivó a escribir sobre aquella “hazaña que tuvo el plantel verdinegro en el año 2006 para ascender a la Primera División”. Además, recordó de su primera vez en el estadio del “Torito” y se mostró muy contento con el trato que recibió por parte de los jugadores de Mataderos.



Martín tiene muy presente el día que se enamoró de los colores del club. “Fue amor a primera vista”, lo definió el escritor de 31 años. Cuando él apenas era un niño, su padre lo había llevado a la cancha para ver Chicago contra Platense. “Fue la primera fecha de la temporada 2000/2001”, recordó. “Fuimos a la platea, que está en frente a la tribuna República de Mataderos”, contó y, orgulloso, expresó: “A partir de ahí no dejé de ir nunca a la cancha y nunca dejé de estar relacionado con el club”.

La idea del libro nació en el transcurso del campeonato de 2006, cuando Martín era un adolescente de 18 años y estaba cursando el último año de la escuela secundaria. “En ese momento, yo me mandaba correo electrónicos con mis amigos, que también iban a la cancha, y cuando terminó el campeonato me di cuenta que tenía un montón de cosas escritas en relación a análisis de partido: a lo que yo sentía; lo que veía y cómo lo analizaba en ese momento”, contó el autor de “Fuera de planes”, que ese fue el punto exacto en el cual decidió hacer un libro y fue “armando capítulo por capítulo, fecha por fecha”. Lamentablemente, por circunstancias de la vida, Martín Ciraolo tuvo que posponer el proyecto, pero años más tarde volvió a retomarlo. “A mediados del 2019 tomé la decisión de terminarlo, y una vez que lo terminé, decidí ir en busca de los protagonistas para poder entrevistarlos y que ellos también puedan tener su testimonio de primera mano”, relató.



-¿Con qué contenido se va a encontrar la gente en el libro?
- El libro se divide en dos partes: en la primera, en la cual yo cuento toda mi experiencia desde la tribuna, como hincha, y la segunda serían los testimonios de los jugadores que co-relatan en primera persona qué es lo que ellos vivieron dentro de la cancha. El libro termina siendo un recorrido entre la visión del hincha, sobre todo la visión de un adolescente, y las partes que quedan inconclusas o que quedan esas interrogantes que quedan sueltas en esa primera parte del relato, después se terminan saldando con las respuestas de los propios jugadores a quienes les pregunto.

- ¿Y por qué decidiste hacerlo así?
- Hay momentos en que uno, en la tribuna, piensa que están pasando determinadas cosas, pero en realidad está pasando otra que no tenía nada que ver. Pero uno, desde el tablón, no tiene acceso al día a día del club, de los jugadores, del cuerpo técnico o de la dirigencia. Leí un montón de cosas que se repiten en la tribuna y no, necesariamente, son verdad. Entonces, lo que está bueno es que hay muchas cosas de esas sueltas, que se las pude preguntar a ellos, los jugadores, y terminaron de completar esa parte de la historia. 

-Y lo que te contaron los jugadores, ¿hubo algo que te sorprendió o que no sabías?
-Me sorprendieron un montón de cosas. Por ejemplo, no tenía en el radar entrevistar a “Charli” Juárez, que era el preparador físico de ese plantel. De los colaboradores tenía pensado hablar con Pablo Motta y el doctor Pagano. Esos fueron los primeros nombres que me surgieron, pero empecé a hablar con los jugadores y todos me fueron nombrando al profe “Charli”, entonces pensé: ‘Acá hay algo que estoy haciendo mal, se me está escapando un dato que es muy interesante’, y cuando tuve la posibilidad de conocerlo, él recordó cosas y me explicó muchas otras, por ejemplo: el por qué los jugadores hacían la entrada en calor con pesas. Los que iban a la cancha se deben acordar. Eso fue una cuestión que marcó mucho en ese momento y yo no tenía presente que ese detalle había sido súper interesante. Después hay un montón de cosas que pasaron en los viajes; que pasaron después de algunos partidos; anécdotas que tienen que ver con la cantidad de cábalas que tenía Rodolfo para mantener la suerte o para cambiarla, porque incluso el campeonato empezó muy mal para Chicago, perdiendo muchos partidos al principio y después se terminó acomodando y logrando el objetivo. Hay un montón de detalles que son pintorescos y que hacen a la historia general del ascenso.




-¿Por qué  lo titulaste “Fuera de planes”?
-El ascenso de Chicago, en 2006, sólo estaba en los planes de los jugadores, del cuerpo técnico, de los dirigentes y de algunos locos que creímos siempre en el equipo. Pero pensar que un plantel, que de los primeros 18 puntos saca solamente cuatro, podría lograr el campeonato Clausura era imposible. Realmente una utopía. Después por cómo se dio el ascenso, que hacen a la historia propia de Chicago, que hay partidos épicos: de terminar ganando con 9 jugadores y de arbitraje que nos perjudican abiertamente. Como lo marca la historia de Mataderos. Pero también hay algo que siempre me sorprendió para bien, que no sólo está esa cuestión de que Chicago es sólo ‘huevo, garra y coraje’, sino que también puede jugar muy bien al fútbol, porque ese equipo tenía muy buenos jugadores. Terminamos ganándole la final a Belgrano, en Córdoba, porque el equipo jugaba muy bien a la pelota, tenía mucho coraje, mucho corazón, mucha mística, pero, también, jugaba muy bien a la pelota. Se logró encontrar un funcionamiento, pero lo cierto es que si vos veías la tabla de posiciones en la fecha 5 o en la fecha 6, nadie iba a pensar que Chicago iba a terminar saliendo campeón ni de la forma que lo terminó haciendo.

-Y antes de la pandemia, ¿dónde y cómo escribías?
-Para que te des una idea, el libro tiene 414 páginas y como 55 capítulos. Para el año 2007 había escrito hasta el capítulo 34, toda esta última parte la hice desde 2019 en adelante. Por supuesto que hubo un montón de cosas para reescribir, más todo el trabajo de investigación periodística: de buscar a los jugadores, de encontrarlos, de hacerles la propuesta, que quieran charlar conmigo. Todos estuvieron, no al 100%, sino al 1.000% predispuestos para conversar conmigo y no solamente se sentaron a charlar, sino que contaron un montón de detalles de la historia en general. Todo lo que fue el proceso del armado grueso, desde mi casa, sentado en la computadora y también tuve que revisar muchas cosas viejas que las tenía en la computadora que tenía en la casa de mis viejos, que cuando era más chico vivía con ellos, y tuve que hacer ese proceso de búsqueda, no sólo periodístico de buscar los datos afuera, sino también de revisar lo que yo mismo había escrito y que, de alguna manera, tenga el espíritu de ese pibe de 17 años queriendo que Chicago termine jugando en Primera, pero cambiando algunas cosas estilísticas, porque te imaginás que casi con el doble de edad y habiendo estudiando un poco, escribo de una forma diferente, tengo un estilo distinto, por eso fue el desafío de conservar el espíritu de esa primera etapa. La última parte fue hacer el laburo en casa y, obviamente, a los jugadores los tuve que salir a buscar y nos hemos juntado, depende de la situación de cada uno. Aparte, con algunos me pude juntar, con otros solamente hable por teléfono. Por ejemplo, con el “Turco” Zarif me junté a hablar con él cuando vino a Buenos Aires, a fin del año pasado, pero la primera conversación fue por teléfono porque estaba en Estados Unidos; el Indio Vega, lo mismo; Nico Sánchez está en México, Pellerano está en Ecuador. Los tuve que llamar porque no tenía otra forma de poder encontrarnos. Fue un trabajo de mucho tiempo, de muchos años. El último año y medio fue dedicado a la parte fuerte y a terminarlo pero hubo un tiempo, anterior, que más allá de la cantidad de años, hubo un tiempo neto que me habrá tomado dos o tres años poder reconstruir toda la historia.

-¿Qué esperás de “Fuera de planes”?
-Espero que este libro pueda funcionar como un homenaje a uno de los planteles que más felicidad nos dio en los últimos años, porque hasta el día de hoy no lo ha tenido. Yo quiero que sirva para eso. La persona que lo pueda tener, que lo pueda leer, que pueda revivir esos momentos, y los que sean más pibes o los que no lo hayan vivido, que sepan que en el 2006 hubo un plantel de más de 30 jugadores que le pusieron el corazón para que Chicago esté en Primera. Tiene que servir para eso, tiene que ser un homenaje a ese grupo grupo de jugadores que nos volvió a poner en el lugar que Chicago tiene que estar, que es en la Primera División.




-Te llegaron mensajes de felicitaciones por parte de jugadores de esa camada de Chicago, ¿Qué se siente ese reconocimiento?
-Estoy como un perro con dos colas. Estoy como un nene cuando le acaban de dar un juguete, imaginate. Estoy súper contento y súper emocionado. Yo quiero que esto sea un reconocimiento para los jugadores y que esto pueda quedar al club, con todo lo que representa Chicago para mucha gente. La idea es esa, esto tiene que servir para que sea un reconocimiento para ellos, para que puedan quedar en la historia como realmente lo fueron, que fue un equipo fantástico, que jugaba bien a la pelota y tenían un corazón enorme y, por suerte, terminó todo con un final feliz. Entonces, imagínate, si me mandan un mensaje, cualquiera de los muchachos, no me entra felicidad en el cuerpo. Esa es la definición más cercana con palabras, porque es muy difícil de expresarlo.

-Para adquirir el libro, podés comunicarte al Instagram de "Fuera de planes": @fueradeplanes