DERROTA QUE NO SE PUDO MODIFICAR
San Telmo se encontró con un gol “regalado” por la defensa
verdinegra y ya desde los 30 segundos con tanto de Cipriano se ponía en
ventaja ante jugadores que no podían creer que se este perdiendo “desde
el vestuario”.
A partir de los seis minutos el equipo que hacía
por última vez de local en Comunicaciones, defendía con ocho jugadores y
dejaba sólo dos para la contra. Un esquema inteligente que dispuso el
DT de San Telmo ya que en todo el partido Chicago fue amplio dominador
del juego pero no generó situaciones de gol.
La única de riesgo en
esta primera etapa sucedió a los 26 minutos cuando un remate cruzado
desde la izquierda de Lucas Banegas roza el palo del candombero.
El
arranque del segundo tiempo llegó con una variante, Damián Castagno,
que volvió luego de su lesión ingresó por Adrian Scifo, que a priori
había reemplazado a Roberto Bochi porque el volante tenía fiebre. Su
ingreso le dio más velocidad a Chicago pero no la profundidad necesaria
para quebrar a esos ochos “defensores”.
A los nueve minutos Mario
Finarolli haría otro cambio, pero este obligado, ya que Leandro Testa se
tuvo que retirar lesionado e ingresó Maximiliano Flotta que, al igual
que en los entrenamientos, mostró voz de mando acomodando al equipo
desde el fondo.
Chicago intentaba llegar de todas formas pero a la
hora de pisar el área el equipo se “desinflaba”, no encontraba los
huecos necesarios y esto se debe a que tanto Julio Serrano como Cristian
Gómez tuvieron marcas personales constantemente y no pudieron
explayarse por el medio campo y a la hora de los pases estuvieron muy
imprecisos.
Hasta ese entonces el partido había quedado estancado
en el medio, ninguno llegaba, pero Chicago con ganas más que con fútbol a
los 15 minutos Eduardo Berón estrelló un cabezazo en el travesaño.
Luego a los 23 Leonardo Carboni ingresó por Ezequiel Petrovelli. La
entrada de un jugador alto y con potencia parecía ser la solución pero
el “mono” no está pasando por su mejor momento en la red y no logró
tener situaciones de riesgo para, por lo menos, empatar el encuentro.
El
partido se moría y San Telmo ya pasaba a defender con nueve y dejaba
sólo uno en el ataque, pero una desconcentración de esa multitudinaria
defensa dejó sólo a Flotta a los 40 minutos del segundo tiempo, pero el
defensor en ves de rematar prefirió bajarla y dar pase al medio para que
algún delantero defina, pero el candombero se avivó y rechazó la pelota
como se lo hace en esta categoría de punta y para arriba.
Ya con
el equipo sin energías San Telmo pudo haber ampliado la ventaja con dos
remates que pasaron cerca de los palos defendidos por Agustín Gómez. El
árbitro Barraza adicionó cinco minutos pero no alcanzaron para que
Chicago de vuelta un resultado que sorprendió desde el arranque y que
nunca se pudo modificar.