MINUTOS FATALES
Nueva Chicago empató hoy contra el último de la tabla, Sportivo
Italiano, que todavía no conoce la victoria en lo que va de esta
temporada. El torito de Mataderos se puso en ventaja a los 33 del
complemento con gol de Christian Gómez pero rápidamente Gustavo Correa
puso el empate que sería el resultado definitorio en la República.
El
equipo dirigido por Mario Franceschini salió a la cancha con algunos
cambios. El más relevante fue el de Jorge Drago en el arco seguido por
el defensivo apostando por una línea de tres con Ariel Coronel, Matías
Escudero y el juvenil Emiliano Lago, en el medio campo ya no hubo un
“falso” ocho sino que se decidió por Damián Lemos y Julio Serrano como
doble cinco y Lucas Banegas y Damián Castagno por las bandas dejando
así, a Roberto Bochi en el banco de suplentes. Completando la formación
hubo un tridente ofensivo compuesto por Eduardo Berón, Cristian Gómez y
Leonardo Carboni.
Con este improvisado equipo, debido a que el DT
interino tuvo tan solo dos días de trabajo, el verde salió a la cancha.
El partido comenzó bastante tibio, pero con el correr de los minutos se
puso más entretenido con llegadas de ambos equipos. La primera de riesgo
la tuvo el azzurro que luego de un remate desde la izquierda, quedó
para Britos que se lo erra sólo bajo los tres palos, enviándola a la
tribuna. Esta situación pareció despertar al verdinegro que gracias a
una gran tapada de Anconetani le sacó el grito de gol a Christian Gómez
que había cabeceado en el área chica.
La segunda etapa comenzó con
un Chicago más adelantado pero sin idea de juego, ya que la tarde de
Julio Serrano no fue precisa como nos tenía acostumbrados. Italiano con
timidez pero con ganas de llevarse los tres puntos intentaba.
Pero
recién a los 33 de la segunda etapa iba a caer el primer grito en la
tarde gris. Un cambio de frente de Lucas Banegas fue directo al pecho de
Cristian Gómez que luego de bajarla eludió a un rival para quedar sólo
frente al arquero y clavársela dentro del arco. El estadio desbordaba de
alegría, el ídolo convertía su primer gol luego de su regreso y Chicago
ganaba. Pero esta alegría perduró tan sólo tres minutos porque luego de
una gran tapada de Jorge Drago, Gabriel Correa aparecería sólo por el
sector izquierdo de la defensa local y convertiría el empate que sería
definitorio.
Y fue definitorio porque de ahí en más ninguno superó
futbolísticamente al otro, quedaron en un vacío que hizo que ni los
cuatro minutos adicionados sirvieran para que alguno de los dos fuera
por más.
Fue así que por eso la gente de Chicago terminó yéndose a
su casa con un sabor amargo por el empate, porque sabía que el rival de
turno era uno de los más débiles de la categoría, pero al conjunto de
Franceschini se le hizo cuesta arriba y no lo pudo superar.