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Pedro, su hermano, socio vitalicio nº6 |
Ya pasaron los cien años del Club Atlético Nueva Chicago y por este motivo no quisimos desaprovechar la oportunidad de charlar con Roberto Macchi, socio de la institución desde los 10 años de edad y vitalicio número 16, y que ya desde los 18 comenzaba a integrarse en la comisión directiva del club por el simple hecho de entregarle su tiempo, dedicación y apoyo al equipo de sus amores.

Pasaban los años y el club seguía creciendo institucionalmente y futbolísticamente. En este período surge un personaje trascendental para la historia del barrio de Mataderos y el boxeo argentino: el “torito” Justo Suárez. Cuenta Roberto, que esperaba con su hermano Pedro (socio vitalicio número 6) y sus amigos, al humilde boxeador que vivía cerca de su casa, para que les preste la pelota de fútbol y jugar un rato en la vereda. Desgraciadamente, luego de padecer tuberculosis, Justo Suárez muere a los 29 años. Sin dudas este personaje marcó un antes y un después en la historia de nuestro querido barrio, al convertirse en el primer ídolo nacional.


El problema económico de esa época llegó a afectar los sueldos de los jugadores, y en consecuencia, los mismos se declararon en huelga en uno de los partidos. Roberto y los dirigentes dialogaron con el técnico Mario Boyé para pagarle todo lo que se le debía, y para que convenza al equipo de salir a jugar. También agrego que en su época no vivía gente dentro del club, reclamando dinero para remeras, viajes, etc, ya que esos reclamos no eran aun comunes en la sociedad. Luego de cumplir un año de presidencia en la institución, dejó su cargo en manos de Ángel Rossoti.
En 1975 comienza un período en el que la cancha no era utilizada para jugar solamente a la pelota sino que también se utilizaba para las carreras de ciclismo y luego para los midget. Estos coches que tienen la particularidad de no poseer ni cambios ni frenos, disputaron su primer campeonato nacional en nuestro estadio y así lo hicieron por 15 años más.
La dictadura militar de 1978 no pasó de inadvertida en la cancha de Nueva Chicago. Su hinchada fue una de las primeras en cantar la marcha peronista mientras que conservaban el poder los militares. “Era una reacción masiva, si no eras peronista la cantabas igual” agrega Roberto. Recuerda también, que el comisario de esa época se llamaba Margaride y que antes de cada partido arrestaba a las personas que no tenían un comportamiento apropiado, y cuando finalizaba el encuentro deportivo los dejaba en libertad nuevamente.

La vuelta de los promedios, luego de 20 años, hizo que en 1983 el equipo de Mataderos descienda de categoría junto a Racing de Avellaneda.
Luego de 8 años volvería un día de gloria en el barrio y sus alrededores debido a que en Entre Ríos, Chicago logra vencer por penales a Gimnasia y Esgrima de Concepción. Esta victoria significó el regreso del club a la B Nacional ya que en 1986 se reestructuró la división el club había bajado a la B Metropolitana.
Tendría que pasar una década más para que los hinchas del verde y negro puedan gritar nuevamente “¡somos de primera!”. Luego de que a los jugadores se le planteara salvarse del descenso, terminan clasificando agónicamente, tras un 2 a 2 con Arsenal, al reducido por un lugar en primera división que luego de enfrentar a Instituto y ganarle en Córdoba con una definición existía del “Topo” Gómez para lograr el 3 a 2 y el delirio de las 10.000 personas que viajaron a ver la hazaña del equipo que se había formado para pelear el descenso. El 26 de junio del 2004 luego de tres temporadas Nueva Chicago visita a Independiente en Avellaneda ya descendido. Ante el asombro del público local y de los periodistas que estaban en el estadio, la gente de Chicago había dicho presente bajo el grito de “Vamos a volver” y una bandera que decía “La pasión no desciende, crece”. Para Roberto este día fue uno de los más tristes que le toco vivir como hincha.
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Arriba: Martens, Velázquez, Orsi, Argüello, Barbona y Herbella Abajo: O. Gómez, Jesús, Sánchez, Farías y C. Gómez |
Las almas presentes ese día en Avellaneda no se confundían al decir que el torito iba a retornar a la máxima categoría ya que como en aquel tiempo se formó en el 2006 un equipo para “zafar del descenso” y terminó consiguiendo el campeonato y luego en una final agónica ante Belgrano de Córdoba, logra ascender nuevamente a primera división. Lamentablemente la alegría duraría solamente un año porque Chicago queda obligado a jugar la promoción contra Tigre y la pierde 1 a 0 de visitante y 2 a 1 de local provocándose graves incidentes dentro y fuera de la cancha, provocándole al club una sanción de 1 año sin jugar en Mataderos y 18 puntos menos lo que provocaría que el equipo juegue la promoción contra Los Andes y la pierda determinando un segundo descenso de manera consecutiva. Pese a todo esto Macchi nos asegura, “yo a la cancha desde que soy socio jamás deje de ir”.
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Arriba: Sigali, Vega, Barreña, Pellerano, Sánchez y Wernly. Abajo: Zarif, Donda, Higuaín, Mattiuzzo y Carranza. |
Llegamos al 2011 y como si nada llegamos al centenario del querido verde y negro. Con cosas positivas y negativas a lo largo del primer siglo, en cuanto a lo social, el club se encuentra en una etapa de crecimiento tratando de sacar a los chicos de la calle y abriendo actividades como rugby, hockey, voley, patín, básquet, etc. “Aplaudo a esta gente y a otra porque hoy ser directivo de una institución es muy difícil. Es muy interesante que se vuelque a la parte social que no sea solo fútbol.” declara Roberto, aunque cuando se tocó el tema de los vitalicios dijo que el club no les da mucha bola y que por lo menos al socio que hace tantos años que está con Chicago se le tendría que mencionar por la voz del estadio que cumple años, o que se le pueda dar un sector especial para todos ellos en la platea con el nombre de cada uno “por lo menos pintado con marcador” resalta entre risas.
Ya terminando la nota queríamos agradecerle al ex presidente Roberto Macchi, por la buena voluntad que tuvo al contestarnos las preguntas y que como todo fanático tiene sueños que quiere que se cumplan “Mis deseos son dos cosas: que juguemos en primera siempre y que el club sea una institución para bien público, que tenga una escuela, que albergue deportes como ahora e incentivar todo eso, ser una potencia mantenida por la misma institución”.
Por último dejó un mensaje para todos nosotros, los hinchas del Club Atlético Nueva Chicago: “Para esta fiesta lo que le deseo a los hinchas es que vivamos en paz, con salud y con prosperidad. Somos todos de Chicago y tenemos la misma camiseta.”
Imágenes extraídas del libro "Historia del Club Atlético Nueva Chicago" Dr. Nicolás P. Maccarone.