Nueva Chicago se trajo un dolorosa derrota en su visita al estadio de Villa San Carlos, fue 2 a 1 y los goles del equipo local fueron hechos al minuto del comienzo y al minuto del final.
Se puede decir que el gol convertido por Pasquale al inicio del partido fue un “baldazo” de agua fría, pues el celeste de Berisso comenzó arriba “desde los vestuarios” tras un error defensivo que el delantero aprovechó sin dudarlo. Toda estrategia planeada en el vestuario, en los entrenamientos, se esfumó en tan sólo segundos y Chicago no supo encontrar, al menos en los primeros 30, un planteo suficientemente “ofensivo” para lastimar el arco local.
La falta de fútbol, de amistosos (recordemos que se suspendieron los encuentros contra Defensa y Justicia y Huracán), de rodaje se empezó a sentir, el equipo andaba lento y poco preciso, las asociaciones entre nuestros jugadores eran nulas y se hacia imposible intimidar al arquero. Pese a sus falencias, el equipo intentaba, Julio Serrano bombardeó el área rival a centros para ver si alguno de sus compañeros la mandaba a guardar, cosa que casi pasa cuando Lucas Banegas logra impactar el balón enviado por el “11”, pero se fue apenas desviado.

El complemento arrancó bien para Chicago, tanta insistencia a base de pelotazos tuvo su recompensa a los siete minutos cuando Damián Castagno envía un centro, que es cabeceado por Leonardo Carboni y lamentablemente pega en el travesaño, pero sin perder ni siquiera un segundo Adrián Scifo logra capturar el rebote y lo envía al corazón del área, donde se encontraba Ezequiel Petrovelli que definió sin inconvenientes.
A partir de ahí parecía que en estos momentos, ibamos a estar hablando de una victoria verdinegra, pero lamentablemente no fue así. Los ingresos de Roberto Bochi, Emanuel Patti y Eduardo Berón por Damián Castagno, Juan Vinaccia y Ezequiel Petrovelli, no modificaron mucho el trámite del partido que de a poco se fue apagando y el conjunto de Mataderos se conformaba con el empate. Un empate que parecía estampado pero… otra vez se pagó caro la confianza de que ya estaba todo terminado, al igual que contra Defensores, Sarmiento, Acassuso, etc de partidos, Chicago perdió lo que tenía en la última pelota.