Nueva
Chicago, bajo un marco digno de un equipo campeón, venció esta tarde a Almirante
Brown en Mataderos, por 1 a
0 con gol de Raúl Becerra. La hinchada de Chicago dio cátedra de aliento tras
demostrar que poco importa la categoría, ya que para un hincha verdinegro, no
hay nada más lindo que ir a la cancha a alentar su camiseta.
Los
dirigidos por René Kloker retribuyeron el aliento que hubo en las tribunas y
con un gol del máximo anotador del torito en esta temporada, junto a Christian
Gómez con 9 tantos, pudieron vencer al conjunto de Isidro Casanova y así, pese
al descenso consumado la semana pasada, le dieron una alegría a la gente que
copó el República de Mataderos y con fuegos artificiales, papelitos, globos y
bombas de humo, hizo una fiesta digna de una hinchada de Primera División.
En el
arranque el mirasol, se fue al humo y arremetió con todo en el fondo del local,
pero una buena labor en el sector defensivo aguantó los ataques del visitante.
Tras
las sacudidas de Almirante, Chicago reaccionó de la mano de su mejor jugador,
Christian Gómez que condujo los hilos del equipo y produjo que sus compañeros
lleguen con riesgo de gol en varias oportunidades.
En el
complemento, el cotejo no cambió demasiado, Almirante esperaba y trataba de
atacar buscando el error de alguno de los tres que se alojaban el en fondo
verdinegro, mientras que Chicago, por amor propio e impulsado por los cantos de
su gente, iba en busca del gol.
Situación
que llegó a darse en el minuto 68 cuando Becerra recibe una hermosa asistencia
de Agustín Farias y sin dudar, remata fuerte al palo derecho del arquero que
nada pudo hacer. El grito de GOL se hizo oír en Mataderos y alrededores, un
desahogo dentro de tantas pálidas que le toca vivir al hincha de Chicago semana
tras semana.
Una vez
con el marcador a favor, el verdinegro no bajó la guardia, jugó con la
desesperación de la visita y apostó por ir de contra, en dónde lo pudo
liquidar, pero no logró concretar las situaciones generadas.
Ya con
el reloj vestido con los colores locales, la fiesta en las tribunas se acrecentó,
los fuegos artificiales volvieron a hacerse presentes y ambas tribunas
entonaron un emotivo “Olé, olé olé, olé olé, olé olá, ohh Mataderos, es un
sentimiento, no puedo parar”, que hizo lagrimear a más de uno. La hinchada de
Chicago demostró que en las malas no se achica, que pese a la pobrísima campaña
realizada y al descenso, no va a dejar de ir a la cancha, porque en la A, en la B, o en cualquier categoría, lo
más importante SIEMPRE, va a ser ver la verdinegra dentro del campo de juego, y
quiénes están adentro, sabrán que afuera esto nunca cambiará… EN LAS MALAS
MUCHO MÁS.