Nueva Chicago consiguió, hoy por la tarde, un triunfazo agónico ante Los Andes que lo dejó como único líder del torneo a tres de su escolta Atlanta.
Partidazo en Mataderos, en donde hubo que sufrir para luego, descorchar de alegría. Ya desde el arranque, las cosas no se ponían de la mejor manera, porque Chicago sacó del medio, Farias dió mal un pase y Vera no desaprovechó el error verdinegro y a los 12 segundos la mandó a guardar para la sopresa de los miles de fieles que hoy estuvieron en el estadio. Los dirigidos por Guede arrancaron con el pie izquierdo, pero eso no fue todo, porque se mejoró en el transcurso del partido, pero un nuevo error, le permitió a Los Andes el 2-0 a favor y parecía que la suerte estaba hechada, pero... Antes de cerrar el primer período, Andrés Montenegro recibió un pase de cabeza de Gomito y sólo ante Gagliardo pudo convertir el descuento para irse al vestuario de otra manera.
En el complemento, todo cambió. Chicago ingresó más concentrado, más preciso y con insistencia, tocó la pelota, manejó el partido, ante un milrayitas que se metió atrás y buscó atacar de contra. No le salió a los dirigidos por Nardozza, ya que Lanaro y Escudero levantaron su nivel y provocaron que Monllor casi no tenga apuros. Con el correr de los minutos la intención de Guede fue clara. Ganar si o si, para escaparse de los escoltas. Es por eso que ingresaron, Baldunciel, Acosta y Francou, en lugar de Sainz, Bochi y Barbona. La fórmula que dispuso este Gran DT que posee el torito, dió sus frutos, ya que a los 83, Isaac Acosta hizo vibrar el República de Mataderos al sacar un terrible derechazo que se incrustó en el arco visitante, era el 2 a 2 y la hazaña ya estaba escrita, pero faltaba más, porque si algo que se destaca en este equipo, por sobre todas las cosas, es que NUNCA, se da por vencido, y hoy quedó demostrado. En el minuto 46, casi sin resto físico, el verdinegro fue al ataque, y tras un centro que es interceptado por un
defensor de Los Andes con la mano, Gonaldi marcó penal, y la oportunidad única de dar vuelta el resultado. Christian Gómez se hizo cargo del mismo y sin temblarle las piernas, definió para que las 10.000 almas que fueron pese al día y al horario impuesto, deliren y se vayan a sus casas, trabajos o estudios con una sonrisa de oreja a oreja. Hoy Chicago sufrió, pero eso es parte de su historia, esa que al recordarla se nos pone la piel de gallina por la cantidad de alegrías que nos dió. Hoy fue otra de ellas... VAMOS VERDE!