Vengan a ver, al nuevo rey... |
La noticia del día, fue los grandes festejos que se vivieron
en Mataderos. Miles de almas ovacionaron a los jugadores que antes de comenzar
el encuentro, salieron al campo de juego junto a sus familiares, recibieron la
copa y dieron la vuelta olímpica para delirar junto a la gente que
desde afuera quebraba sus gargantas con “Dale campeón, dale campeón”. Una lluvia de papelitos, más de diez mil globos, fuegos ratifícales y banderitas con la insignia de “campeón” decoraban un escenario ideal para que los protagonistas tengan su merecido reconocimiento.
desde afuera quebraba sus gargantas con “Dale campeón, dale campeón”. Una lluvia de papelitos, más de diez mil globos, fuegos ratifícales y banderitas con la insignia de “campeón” decoraban un escenario ideal para que los protagonistas tengan su merecido reconocimiento.
El plantel CAMPEÓN, festejo en Mataderos |
Tras el gran homenaje, Gutierrez pitó el inicio del partido
pero poco importó en los hinchas. La visita, no se achicó y fue en busca de la
victoria. Objetivo que logró desde el arranque tras un remate de Ezequiel
D’Angelo a los 12 minutos del primer tiempo.
Chicago intentó, pero se chocó con un Comunicaciones firme
en el fondo que se cerró bien e imposibilitó que el torito pueda generar
situaciones de riesgo.
En el segundo tiempo, Chicago tranquilo por haber cumplido
el objetivo una fecha atrás, buscó el empate pero no lo logró.
Histórico, Gabriel, Christian y Valentino Gómez. |
Pablo Guede aprovechó este encuentro para darles la
posibilidad a tres chicos del club que den sus primeros pasos en la Primera. A
los 63 ingresaron Javier Correa y Hernan Palmieri por Adrián Scifo y David
Barbona, mientras que a los 83 ingresó Gabriel Gómez en lugar de Agustín Farías
en lo que fue un acontecimiento histórico para el club y la familia Gómez,
debido a que padre e hijo jugaban por primera vez juntos en Nueva Chicago. La
leyenda junto al futuro tuvieron sus minutos de disfrute bajo un marco
sensacional. Gabriel, en los pocos minutos en cancha, demostró que no estaba ahí
de regalo y hasta metió una gran asistencia al Lobo Montenegro que el juez de línea
marcó off side.
Los minutos corrieron y Gutierrez marcó el final, para que
los jugadores vuelvan a abrazarse en el centro del campo de juego para
despedirse de toda la gente que fue a verlos. Bajo un emocionante griterío de
la popular, todo el plantel dio la vuelta olímpica y se tiraron en el césped
con una sonrisa de oreja a oreja.
Final del campeonato y Chicago fue el dueño por su
temperamento, sus ganas y su juego. ¡SALUD!