Un 1 de
julio, pero de 1911, un grupo de amigos, formó inconscientemente un club lleno
de pasión. Es por eso que para conmemorar el aniversario de la institución,
convocamos a jugadores que han quedado marcados en estos 105 años de historia.
Obdulio Onetto, Antonio Mazziotti, Mario Franceschini, Facundo Argüello y
Héctor “Pocholo” Sánchez, fueron quienes estuvieron mano a mano con Mundo
Chicago para contarnos sus experiencias.
Quienes
peinan algunas canas, seguramente recordarán a Onetto, arquero que jugó en la
década del 50, mas precisamente desde el 53, con un equipo recordado por
todos en donde jugaban, nada más y nada menos, que jugadores como Pilo Calandria,
Julio San Lorenzo, Alberto Daquarti, Oscar Casanova, entre otros. La historia
de Obdulio y la Primera
de Chicago, comenzó a sus 17 años, ante Los Andes. “Pibe vos quedate tranquilo
que yo te voy a poner policías atrás del
arco para que no tengas problemas en tu debut”, le confesó el comisario del
encuentro al, por aquel entones, purrete jugador. Y vaya si estuvo tranquilo… El equipo ganó 2-0 y
Onetto comenzó su carrera con la valla invicta.
Hoy con 81 años en su espalda, nos recordó parte de sus momentos en la institución, pero sobre todo, lo lindo que fue ir al Sudamericano que se disputó en Perú, representando a la Argentina con casi todo el plantel del Torito, “uno de los partidos que mas recuerdo es cuando fuimos a jugar por el Sudamericano a Peru. En el primer encuentro, a los 20 minutos tuve que salir porque recibí una patada y sufrí una conmoción cerebral” dijo entre risas. El uno de aquellos tiempos también tuvo tiempo de acordarse del estadio, que en ese entonces, comenzaba a tomar forma, “Chicago tenia una cancha casi sin tribuna y después fue creciendo y en el 58 hizo la tribuna grande, en el 57 inauguraron la luz y en el 59 se hizo la platea de cemento (NdR: para esto, se invitó a Nacional de Montevideo, en lo que fue el primer partido internacional del verdinegro). Chicago empezaba a surgir. Era un equipo con prestigio pero sin estructura” nos comentaba Obdulio que al instante agregó, “ya desde ese momento tenia buena hinchada. Apoyaban siempre. Íbamos a jugar y en todas las canchas que aparecíamos estaban las tribunas repletas”. Ya para ir cerrando, el portero que jugó desde 1953 hasta 1962 obteniendo dos sub-campeonatos (uno en 1958 y otro en 1961), dejó un mensaje en este día festivo, “Como hincha y jugador, le deseo lo mejor y que ojala pueda volver a Primera”.
Hoy con 81 años en su espalda, nos recordó parte de sus momentos en la institución, pero sobre todo, lo lindo que fue ir al Sudamericano que se disputó en Perú, representando a la Argentina con casi todo el plantel del Torito, “uno de los partidos que mas recuerdo es cuando fuimos a jugar por el Sudamericano a Peru. En el primer encuentro, a los 20 minutos tuve que salir porque recibí una patada y sufrí una conmoción cerebral” dijo entre risas. El uno de aquellos tiempos también tuvo tiempo de acordarse del estadio, que en ese entonces, comenzaba a tomar forma, “Chicago tenia una cancha casi sin tribuna y después fue creciendo y en el 58 hizo la tribuna grande, en el 57 inauguraron la luz y en el 59 se hizo la platea de cemento (NdR: para esto, se invitó a Nacional de Montevideo, en lo que fue el primer partido internacional del verdinegro). Chicago empezaba a surgir. Era un equipo con prestigio pero sin estructura” nos comentaba Obdulio que al instante agregó, “ya desde ese momento tenia buena hinchada. Apoyaban siempre. Íbamos a jugar y en todas las canchas que aparecíamos estaban las tribunas repletas”. Ya para ir cerrando, el portero que jugó desde 1953 hasta 1962 obteniendo dos sub-campeonatos (uno en 1958 y otro en 1961), dejó un mensaje en este día festivo, “Como hincha y jugador, le deseo lo mejor y que ojala pueda volver a Primera”.
Años
después, en 1972, debutaba un marcador de punta, que pese a su corta edad,
terminó siendo uno de los líderes en la época de los 70. Con 119 partidos en el
lomo, Antonio Mazziotti se transformó en uno de los emblemas de un equipo que
se fue gestando para lo que vendría en el ’81. “Tony” jugó en una época donde
Chicago hizo de local en diferentes estadios debido a las remodelaciones del
propio, pero sus recuerdos, sobre todo del público que los iba a alentar, son
imborrables “Cuando sos marcador de punta, jugando de local o de visitante, vos
tenés en alguno de los dos tiempos, a la hinchada de Chicago de tu lado, cuando
esto pasaba me parecía imposible perder”.
El lírico lateral que jugó hasta 1979, vivió en carne y hueso la anécdota de cuando la hinchada de Chicago llevó una vaca como amuleto a la cancha de Ferro para enfrentar a los de Caballito, “el partido que más me gusto fue con Ferro en la cancha de ellos, el día de la vaca. Salimos 1 a 1, pero fue bárbaro estar en la cancha porque se querían morir cuando vieron que los de Chicago entraron con una vaca, fue increíble” comentó entre risas. Además de jugador, fue formador de juveniles en las Inferiores hasta hace tres años. Por él pasaron jugadores como Nicolás Sanchez, el “Osito” Sigali, Ariel Nahuelpán Nicolás Gimenez, Alejandro Melo, entre muchos que han llegado a la Primera de nuestro club, “Hace tres años que no estoy mas en inferiores. El otro día escuche que Vivas me mencionó en una nota y me puse a llorar porque se acordó de mí. Me costó no estar más dentro del club, hasta que me tuve que ir acostumbrando”. El ex DT y jugador también dejó sus augurios en estos 105 años, “Le deseo lo mejor, y que de una vez por todas sea un club consolidado en Primera División, con realmente un buen proceso y una buena estructura. Chicago tiene la gente y tendría que ser un club mas importante en el país”, finalizó.
El lírico lateral que jugó hasta 1979, vivió en carne y hueso la anécdota de cuando la hinchada de Chicago llevó una vaca como amuleto a la cancha de Ferro para enfrentar a los de Caballito, “el partido que más me gusto fue con Ferro en la cancha de ellos, el día de la vaca. Salimos 1 a 1, pero fue bárbaro estar en la cancha porque se querían morir cuando vieron que los de Chicago entraron con una vaca, fue increíble” comentó entre risas. Además de jugador, fue formador de juveniles en las Inferiores hasta hace tres años. Por él pasaron jugadores como Nicolás Sanchez, el “Osito” Sigali, Ariel Nahuelpán Nicolás Gimenez, Alejandro Melo, entre muchos que han llegado a la Primera de nuestro club, “Hace tres años que no estoy mas en inferiores. El otro día escuche que Vivas me mencionó en una nota y me puse a llorar porque se acordó de mí. Me costó no estar más dentro del club, hasta que me tuve que ir acostumbrando”. El ex DT y jugador también dejó sus augurios en estos 105 años, “Le deseo lo mejor, y que de una vez por todas sea un club consolidado en Primera División, con realmente un buen proceso y una buena estructura. Chicago tiene la gente y tendría que ser un club mas importante en el país”, finalizó.
De a poco
nos vamos acercando a lo contemporáneo, pero antes, en 1981, nos encontramos
con un equipo que hizo vibrar todo Mataderos, que rompió todos los esquemas y
que logró lo tan ansiado, el ascenso a la elite del fútbol argentino. Una de
las figuras de ese plantel fue sin dudas, Mario Franceschini, que comenzó su
carrera en el club en 1980 y pronto se ganó el cariño de todos los hinchas.
Clave en la recta final, Mario recuerda el encuentro ante Estudiantes de Caseros como uno de sus mejores con ésta camiseta, sobre todo por la alegría de
la gente al conseguir el objetivo, “fue una gran satisfacción cumplir el sueño
de tantos” mencionó.
El delantero, que aún sigue yendo a ver los partidos de Primera, no se quedó afuera a la hora de los saludos, y dejó el siguiente mensaje, “si no hay unidad y compromiso de los hinchas con el club, ya sentirse hincha de los colores y orgulloso de su hinchada no alcanza, estaremos otros 105 años igual”.
El delantero, que aún sigue yendo a ver los partidos de Primera, no se quedó afuera a la hora de los saludos, y dejó el siguiente mensaje, “si no hay unidad y compromiso de los hinchas con el club, ya sentirse hincha de los colores y orgulloso de su hinchada no alcanza, estaremos otros 105 años igual”.
Si de hazañas y de sufrir hablamos, el partido ante Arsenal en cancha de Lanús, será uno de los más recordados.
Como protagonista principal estuvo Facundo Argüello, autor del empate
que dejó a Nueva Chicago en la segunda categoría y que, en el próximo
campeonato, logró el ascenso a la
Primera, “Fue
un gol importante porque fue un año difícil en cuanto al club ya que no estaba
pasando un buen momento, pero con un grupo de chicos, que jugamos en
inferiores, le pusimos el pecho junto a Marchesi que ya nos conocía bien. Le
dimos para adelante, fue complicado pero pudimos empatar con Arsenal y mantener
la categoría que era lo que queríamos todos”, recapituló el héroe de esa tarde.
El desenlace de esta situación, como comentamos anteriormente fue el ascenso en
Córdoba ante Instituto, “Fue una satisfacción y alegría enorme para todo el
grupo, pero también para mí. Jugar desde los siete adentro del club, haber
pasado por todas las etapas, ser hincha, ser socio hace que uno lo viva de
manera diferente entonces poder haberle dado una alegría a toda la gente creo
que es lo mas importante que le queda a uno como jugador”
Chicago siempre se destacó por su gente y
aliento incondicional y Facundo lo confirmó, “Para mi era diferente. Cuando entraba a la
cancha y veía a la gente, tanto en Mataderos como afuera, era un plus especial,
una fuerza extra que sabia que hasta el último momento tenía que seguir
luchando y esforzándome por toda esa gente que donde ibas te recibía de la
mejor manera. Siempre había que jugar al máximo porque eso es lo que significa
la gente de Chicago, sacrificio y voluntad”. Con dos pasos por el club, uno de 1998 a 2003 y otro desde el
2007 hasta el 2008, el defensor transmitió el siguiente mensaje, “quiero mandarle
un abrazo grande a todos los hinchas, al barrio. Para los que pertenecemos y
estamos ligados con el club es una fecha importante en la que tenemos que estar
juntos y festejarlo. Hay que seguir apoyando y sentirse orgulloso de tener la
mejor hinchada y tener un club y los colores que tenemos que son los mejores
del mundo”.
Otro que se
metió en la historia grande del Torito, fue el gran Pocholo Sánchez, que con
dos períodos, el primero desde 1988 hasta 1995 y el segundo del 2000 al 2001,
obtuvo dos ascensos importantísimos. El primero en 1991 a la
B Nacional y el segundo en el 2001 a Primera División, “mi
mejor recuerdo es el ascenso del 2001 y también hacer grandes amigos que hasta
el día de hoy conservo como Argüello, Manrique, Almirón, Jesús y una banda mas
que ahora no me estoy acordando, je.” sostuvo el volante.
La hazaña
del 2001 será recordada por siempre por las ganas y el hambre de un plantel que
empezó peleando el descenso y terminó haciendo la heroica, bien a lo Chicago,
“Sabíamos que se iban siete equipos y éramos el ultimo en el descenso, era una
parada difícil. Pero también éramos concientes que si nos salvábamos teníamos
la posibilidad de pelear el ascenso y estábamos confiados porque teníamos un
plantel de gente grande y de calidad” conmemoró Pocholo, que a su vez destacó a
Rodolfo Motta como su mejor técnico desde que comenzó a ser jugador profesional,
“mi mejor DT fue Motta, por lo simple que era. Te hacia las cosas simples, no
andaba con secretos y estuvimos como muchos partidos invictos con él. Después
destaco a Hugo Zerr y a Victor Pardo que me tuvo desde los nueve hasta
Primera”. Por último el jugador de 195 partidos y 24 goles manifestó, “En estos
105 años tenemos que pasarla bien. Yo digo que ser hincha de Chicago es como el
sida, un mal incurable, pero es lo lindo que tiene este club. Fue una lastima
que no se hizo la fiesta de los 100 años, pero bueno ya estamos en los 105 años
y algún día ojala que vengan algunos dirigentes que se acuerden del hincha y de
las divisiones inferiores mas que nada”.
Desde Mundo
Chicago le agradecemos, en primer lugar, a los protagonistas por prestarse a
las fotos y a la entrevista con nuestro medio. Nos llena de orgullo haber
podido juntar a cinco, de las tantas, figuras que tiene la rica historia de
nuestra institución, mientras que en segundo lugar queremos rescatar la gran
ayuda que nos han dado Julio Cordara, socio y periodista del club, y
Maximiliano Zapata de Únicamente Chicago, que nos brindó su local ubicado en Av
de los Corrales y General Paz, para hacer las imágenes.