SEMBRANDO PARA EL FUTURO

Chicago venció 1-0 a Agropecuario con gol de Franco y se convirtió en el único puntero del campeonato. En el último partido del año en Mataderos, el equipo le regaló una gran ilusión a la gente de cara al 2019.


Los 25 puntos encierran dos historias para Nueva Chicago. Pasado y presente. Sufrimiento y expectativa. Hoy, es el único puntero del campeonato con esa cantidad de unidades reunidas en diez fechas. Pero en el ayer, había sumado el mismo puntaje en 24 partidos y evitó el descenso de manera agónica en Caballito. Un contraste contundente. Dos caras de un mismo club ciclotímico en este milenio, que alternó entre Primera, B Nacional y B Metropolitana. Y por estos días se busca, se desea y se sueña con el regreso a la máxima categoría. El rumbo está fijado y el plantel lo recorre con trabajo, orden, carácter y ambición. 

La victoria por la mínima diferencia contra Agropecuario resume el andar verdinegro por el campeonato. No luce, no genera situaciones al por mayor, pero es un equipo laborioso en cada partido. Ésa es su principal virtud, que lo colocan como el líder de la B Nacional. En cada área se agigante. Defensivamente demuestra firmeza por una estructura colectiva que mantiene la línea y si logra ser vulnerada, como pasó ante el Sojero, aparece el Gorila Silva para espantar el riesgo. Y en la ofensiva detecta los errores del rival, los ensaya en la semana y los desarrolla en los partidos. Cada pieza cumple una función explícita, por eso cada jugador que tiene que ingresar al 11 rinde. Hay un sistema que contiene a los nuevos (léase Scifo, Soto o Franco). El mejor ejemplo es el delantero, que entró con consistencia y voracidad: un gol de volea a Gimnasia de Mendoza y una tijera espectacular frente a los de Carlos Casares. Un acierto de Perazzo.

Este Torito tiene carácter y templanza. No se impacienta. No pierde la línea ni se despega de la estrategia. Ni siquiera cuando un rival como Agropecuario le plantea un partido cerrado, al tapar las opciones de pases de Arnaldo González. Pero el Pitu asumió la conducción y demostró por qué el técnico lo considera el emblema del equipo: se hizo cargo del desequilibrio individual, de la distribución y la generación. Mostró carácter (deberá controlar sus reacciones) y recibió numerosas faltas, a tal punto que las cuatro amonestaciones para la visita fueron por infracciones a él. También remató de media distancia, lo que obligó a Trípodi a revolcarse y hasta dejó vibrando el travesaño... 

Perazzo comprendió que Chicago y, en especial, González necesitaba un cómplice más incisivo. Allí ingresó Facundo Mater por Orfano en la segunda parte para darle mayor verticalidad a la banda derecha. El pibe tomó un rol clave en los minutos en cancha y participó de la jugada del gol. Luego de una recuperación de Fleita, Sánchez Sotelo recibió sobre la izquierda, se apoyó en Franco, quien abrió para la derecha y recibió un centro de Mater. Golazo verdinegro. Tres puntos muy valiosos para el Torito, que continúa sembrando para el futuro. Y hoy mira desde la cima.

-Autor: Fabián Rodríguez.
-Fotografía: Instagram de Jorge Valdez Chamorro.