UNA HISTORIA REPETIDA

Chicago perdió 2-1 en Mataderos con Independiente Rivadavia, un rival que lo complica habitualmente, aunque esta vez el equipo de Forestello reiteró sus horrores defensivos y se quedó con las manos vacías. Apenas reunió un punto de 12.


Por Fabián Rodríguez
(Fotos: Daiana Vitale)

Con el resultado puesto, ese primer minuto y medio de juego se asemejó a un espejismo. Tres pases seguidos entre los jugadores de Chicago, ataque por la zona izquierda y centro que, tras una pifia de Rébola, Matos convirtió en el 1-0. Un triunfo parcial, un desahogo, nacía una esperanza y aparecía un cambio de ánimo para este "Torito" que camina en un desierto. Ese escenario se desarticuló con el correr del partido y terminó con una derrota, otra más, la tercera en cuatro partidos en este torneo en el cual la dirigencia verdinegra apostó a ser protagonista en la lucha por el ascenso en un año electoral: contrató a Forestello y a 12 futbolistas, relegando a futbolistas de Inferiores en un campeonato que no tendrá descensos.

¿Cómo pasó de ganar desde el arranque a ser derrotado? Fallas defensivas -siguen sin resolverse-, retraso en el campo y por en consecuencia cesión de la posesión para perder el control del juego, y despilfarro de algunas situaciones de generadas. En ese ítem mejoró en la cantidad de riesgo creado en comparación con los partidos anteriores ante San Martín (0-1 en San Juan), Alvarado (2-5 en casa) y Mitre (1-1 en Santiago), aunque no en la calidad del juego. El funcionamiento colectivo no aparece, sólo se observan respuestas individuales en pequeñas cuotas.



"Sebastián nos va a ayudar a cambiar la historia", había asegurado el entrenador antes de viajar a Santiago del Estero. Y tenía razón. Fue Matos quien abrió la cuenta y convirtió por segundo encuentro consecutivo. El 9, mientras estuvo en la cancha, otorgó soluciones con sus intervenciones, muchas de ellas lejos del arco visitante aunque positivas para el equipo. Un punto a favor para el delantero de 36 años que salió con una molestia y el "Torito" perdió presencia y potencia en el ataque. A tal punto que se desaprovecharon tres chances entre Castillón, Diego Martínez y Aranda.

Independiente Rivadavia dependió de la conducción de Jesús Méndez desde el centro, aunque le faltaron socios. En la primera etapa prácticamente no creó riesgo, más allá de un remate de Sánchez que conplicó a Minaglia. Mientras intentó, el equipo mendocino dejó espacios que Chicago trató de aprovechar con la presencia de Castillón, que insinuó más de lo que concretó. Para colmo, en el minuto 37 del PT, Bruno Bocca no sancionó un penal de Félix Banega sobre Verdugo.



La "Lepra" dominó en los 45 minutos finales. Manejó los tiempos y el espacio con Méndez como abanderado. Chicago, como en gran parte del partido, retrasó sus líneas, buscó ser compacto, recuperar en su campo y atacar con varios metros por delante. Esa fórmula se dio, pero falló en la definición y en el resguardo del triunfo. Primero Viguet convirtió con un remate cruzado desde afuera del área ante la mirada de Barrios (si bien faltó un apoyo del mediocampo para que no quede dos contra uno, le dejó campo libre para que patee). Y luego, en el cierre, Diego Cardozo anticipó a Monteagudo en el primer palo y Amieva le ganó la espalda a Bojanich. 

Independiente Rivadavia es un rival que históricamente le resulta esquivo al "Torito", sólo lo venció en 2012 por 2-0 con goles de Raúl Becerra y Emiliano Lago. ¿El resto? Cinco empates y diez derrotas. Pero más allá de lo acontecido en el pasado, el presente del club no varía: volvió al último lugar, como antes de la suspensión del torneo por la pandemia.