UN REENCUENTRO ESPERADO

Este lunes nocturno será especial por donde se lo mire. Un clima especial se vive en Mataderos y alrededores, porque se reeditará un duelo con historia y con condimentos de clásico en la casa del Torito. Tigre visitará a Chicago después de 14 años y 4 meses. 


Durante ese tiempo el hincha de Chicago gozó de tres ascensos y sufrió otros tres descensos. El electrocardiograma verdinegro marca que en 2008 bajó, que estuvo "relativamente estable" amagando con subir hasta su concreción en 2012, que nuevamente cayó en 2013, y que con intensidad trepó dos escalones en 2014 para finalmente recalar en el sitio actual en 2015. Pero esto no significa que haya transcurrido en paz los últimos años. No, para nada. Alcanza y sobra con ver las últimas cuatro campañas, tres en el fondo de la tabla y la que restante que rompe el molde pelando bien alto con la conducción de Walter Perazzo. El destino programó que nuevamente un lunes, al igual que en 2007, pero esta vez bajo la luz de la luna como testigo de una fiesta verdinegra. Porque siempre fue así y de eso se trata. La rivalidad con Tigre no es moderna, tiene cierta tradición, quizás apuntalada desde la reconocida amistad que el Matador mantiene con Deportivo Morón desde 1975, aunque años atrás hubo algunos hechos lamentables fuera y dentro del campo de juego. Y si nos referimos a lo estrictamente deportivo, cómo hacer para no mencionar el famoso 6 de diciembre de 1970. Lo primero que hay que marcar es que el historial está empatado. Sobre 73 partidos oficiales, Chicago y Tigre ganaron 26 veces cada uno y los restantes 21 fueron empates. El Azul del Norte es el 14° equipo más veces enfrentado de toda la historia verdinegra. Cabe destacar que cuatro de los últimos cinco compromisos fueron en Victoria y que desde 1995 hubo, en Mataderos, tres derrotas y un empate. En 1999 hubo una igualdad sin goles como local en cancha de Deportivo Español con Walter Marchesi como director técnico. El actual entrenador alistó ese día a Flavio Frangella; Ariel Codina, Ariel Borda y Facundo Argüello; Gabriel Di Prinzio, Cristian Ferreira, Damián Castellanos y René Kloker; Leonel Casiano y Adrián Fernández; y Brian Fuentes.

Para encontrar una victoria verdinegra en Mataderos hay que irse a noviembre de 1995, aquel 3-2 con goles de Pablo Guede, José Denis Conde y Diego Bentrón. El equipo formó con Marcelo Elizaga; Ramón Brítez, Raúl Sánchez Laudari, Gabriel Medina y Cristian Brondino; Christian Nieva, Daniel Pighín y Denis Conde; Christian Gómez; Guede y Leandro Lázzaro. Luego ingresó Bentrón (a los 21’ST y un minuto después marcó el 3-1), y también jugaron Gabriel Cosenza y Gustavo Acosta. El técnico fue Héctor “Chulo" Rivoira. Tigre lleva 13 partidos invicto ante Chicago, promoción incluida, siendo esta la mejor racha del Matador en el historial. En caso de ganar pasará al frente en el historial después de 51 años, pero también, si sale airoso de Mataderos llegará a los 14 partidos invicto superando largamente los 13 que acumuló Chicago entre 1968 y 1974 (7 victorias y 6 empates). Obviamente que los 13 de Tigre acarrean más años (26) y más triunfos (8).

Por motivos más que lógicos, los partidos más presentes son los de la promoción 2007. Lo que pocos recuerdan, y no por ello menos importante, es que no fue el único duelo decisivo del historial. El 6 de noviembre de 1970 Chicago condenó a Tigre a jugar por primera y única vez en Primera C en toda su historia, con el aliciente de que el Verde se salvó de dicha desgracia esa misma tarde. Si el partido finalizaba con victoria de Tigre, el descenso era para Chicago, si finalizaba en empate, el que perdía la categoría era el Matador pero con el Torito obligado a jugar una "promoción" con equipos de la C. Pero los cinco goles de Marcial Palavecino en cancha de Ferro fueron determinantes para fortuna de Mataderos. A grandes rasgos así se definió esa temporada difícil de detallar en pocas líneas.

Chicago estuvo al frente del historial desde 1970 hasta el partido de ida del actual torneo, incluso con rachas contundentes: entre 1961 y 1974 solo cayó una vez sobre 25 encuentros (14 triunfos y 10 pardas). En goles el asunto es algo particular que merece ser explicado. En la rivalidad también hay que recordar que Tigre pidió los puntos de un empate 1-1 en 1978, al igual que Almirante Brown e Italiano. Es por eso que esa conversión no se considera en el historial. Lo mismo sucede con el 1-2 de la promoción, ya que para la AFA el partido concluyó 0-2 por la invasión de campo (no por los incidentes fuera del estadio). Si hay que desempatarlos encuentros con los goles a favor, Tigre tiene la ventaja: 115-106.

Las goleadas tienen como protagonista a Tigre: 6 contra 5. De esas seis del Matador, cuatro fueron consecutivas: 7-2 (en 1944), 5-0 (x2 en 1945) y 6-2 (en 1951); luego un 5-1 (1953) y la más reciente en 1995 por 6-3. Las cinco de Chicago fueron en Victoria (3-0 en 1964), la mencionada en Caballito de 1970 (5-1), dos en Mataderos (6-1 en 1962 y 3-0 en 1974) y la última en Caseros donde el Torito fue local (3-0 en 1976).

Si el criterio para relevar el historial se basara en estrictamente en lo ocurrido dentro del campo de juego y sin considerar las resoluciones externas, así quedaría el asunto: 27 triunfos de Chicago, 26 éxitos de Tigre y 20 igualdades, con 108 goles verdes y 115 azules. Es válido destacar que no hay “oficialidad" sobre este tema, pero el consenso general incluye a las sanciones como parte de los resultados.

Chicago y Tigre nunca compartieron la máxima divisional ni tampoco en tercer nivel, pero el desglose en categorías marca cuatro partidos en Primera División (dos del Torneo Reclasificatorio Metropolitano 1968 y la promoción 2007: un empate y tres conquistas azules). Todos los demás compromisos están en el segundo nivel: 56 matchs en la vieja Primera B (24-17 en favor del Torito); 12 cotejos en la actual Primera Nacional (6-1 aventaja el Matador) y un encuentro por Copa Nacional de Segunda División (un 2-1 verdinegro en fase de grupos de la Copa Raúl Colombo 1952).

Sin dudas, por muchos condimentos y por cierto clima de “clásico", este duelo captará la atención de muchos aficionados, hasta neutrales, además de lo que representa para la definición del campeonato que tiene al Torito como “juez". La espera de 14 años culminará y se re editará un Chicago-Tigre en Mataderos, de noche y con público, algo que hace unos meses ni el más optimista hubiera imaginado. Es oportuno señalar que en Mataderos no juega después de las 21 y con sus espectadores en las tribunas desde 17 de marzo de 2009, en aquella goleada ante Flandria por 5-2.

Para finalizar, no nos olvidemos de Marcelo Cejas. Un hincha como cualquiera que fue a alentar a su Tigre querido y que nunca pudo regresar con su familia. Un fanático más como la gran mayoría de los fieles que siguen a Chicago a donde quiera que juegue. Es por eso que, ya que lamentablemente nunca se hizo justicia por él, solo queda recordarlo respetuosamente en nuestra memoria.