Con un gran nivel, Nueva Chicago venció 1 a 0 al conjunto tucumano por la tercera fecha del campeonato y, con 4 unidades, ocupa el octavo puesto de la tabla de posiciones.
Por Joan Jaunarena
Finalmente llegó ese día que tanto esperó el socio e hincha de Nueva Chicago. Y no, este cronista no se refiere al volver a pisar el estadio de la República de Mataderos luego de la suspensión de la cancha el 12 de septiembre del año pasado, tras caer por 3 a 2 contra Almagro y los incidentes que provocaron dicha decisión. Sino de las emociones que sintió el hincha durante y post partido viendo al Torito. Demasiado tiempo pasó, incluso más de 161 días, de la última vez que quienes quieren al club se fueron del estadio con la sensación de que hubo un equipo que los representó en el terreno de juego. Durante los 90 minutos se vio muestra de carácter, entrega y compromiso, como lo dicta la historia de Chicago.
A comparación del 11 que plantó Tomás Arrotea en el debut con All Boys, hubo tres modificaciones: Leonardo López y Gustavo Mendoza, ambos por desgarro; y Facundo Monteseirín, quien entró en los últimos minutos para que finalice el encuentro. En sus lugares, entraron Sosa, Mercado y Fedorco, respectivamente. Entonces, el Verdinegro salió al campo de juego con Daniel Monllor; Brayam Sosa, Lucas Vesco, Juan Fedorco, Tobías Ostchega; Diego Mercado y Gaspar Vega; Agustín Curruhinca, Ezequiel Gallegos, Esteban Obregón; y Aaron Spetale.
Si bien el local superó al rival desde el comienzo del partido, el segundo tiempo que plasmó el conjunto de Mataderos fue una muestra de personalidad y entrega, digna de aplaudir, tanto en lo individual como en lo grupal: jugadas colectivas que terminaron siendo situaciones para estirar la ventaja en el marcador; carácter a la hora de las jugadas individuales para animarse a encarar sea para acercarse al arco rival o para salir desde abajo, del área de Monllor. A la hora de defender, nadie supo ser egoísta, todos corrieron y lograron vencer a sus marcas para hacerse de la pelota. En líneas generales, la actitud del equipo no se negoció y fue más que la visita, quien nunca logró desplegar su jugar.
La expulsión de Claudio Pombo tras una patada innecesaria a Julián Gauna fue el fiel reflejo de lo que demostró el conjunto tucumano durante todo el partido: nerviosismo, frustración y resignación al no encontrar ni generar espacios para desarrollar su estilo de juego.
A los 34 minutos del primer tiempo, Ezequiel Gallegos tuvo en sus pies la posibilidad de abrir el marcador tras un lateral ofensivo realizado por Tobías Ostchega a Esteban Obregón, quien le bajó la pelota al delantero para que éste remate fuerte al primer palo. El arquero Nicolás Carrizo, bien ubicado, salvó a San Martín.
Cinco minutos más tarde de dicha jugada, hubo un tiro de esquina a favor del verdinegro que Obregón culminó en gol: centro al borde del área chica realizado por Gallegos; un defensor del Ciruja, de cabeza, despejó la pelota lejos del arco de Carrizo, pero el balón se dirigió hacia donde estaba ubicado el número siete del Torito, quien se perfiló y así como le llegó, sacó un zurdazo con destino al fondo de la red: la pelota rozó el palo izquierdo y entró. Nada pudo hacer el arquero que se estiró e intentó manotear el balón.
Para el segundo tiempo, el conjunto visitante quiso cambiar la imagen que había dejado en los primeros 45' y salió al terreno de juego queriendo demostrar más intensidad y ser un equipo más dinámico con la pelota en sus pies, pero se topó ante un toro con personalidad y carácter que no le permitió entrar en confianza. Por lo tanto, el desarrollo del encuentro fue más trabado por faltas cometidas por el elenco tucumano.
Por el lado del local, como hizo San Martín de Tucumán, también cambió su cara a comparación de primer tiempo: los dirigidos por Arrotea jugaron con autoridad y con tal confianza que a medida que pasaban los minutos, los jugadores se iban soltando cada vez más. Todos corrieron y todos metieron, tanto así para atacar como para defender.
En el transcurso de la segunda parte, Chicago tuvo varias oportunidades para estirar el resultado. Primero con Diego Mercado que, desde un córner proveniente de la derecha, se tiró en el área chica para conectar el balón con la cabeza, pero nuevamente el arquero estaba bien parado. La segunda oporunidad, otra vez de cabeza, Lucas Vesco cabeceó y la pelota superó a Carrizo, sin embargo, el palo fue quien negó poner el 2 a 0.
San Martín era dominado ampliamente y no lograba hacer pie en el partido. Para colmo, a los 33’ se quedó con uno menos tras la expulsión de Pombo, quien perdió la pelota ante la presión de Gauna. El “8”, para cortar la jugada y que el recién ingresado no se fuera solo hacia el arco, le pegó una grosera patada que le implicó ver la tarjeta roja.
Al cierre del encuentro, Arrotea cambió el esquema y puso una línea de cinco. Así, Nueva Chicago aprobó su segunda prueba de lo que va del torneo; esta vez con total dominio del partido y ante un rival que venía de conseguir puntaje perfecto tras vencer a Estudiantes de Río Cuarto y a All Boys. El tercer examen que tendrá el Torito será el sábado, a partir de las 19.10, contra Temperley en el estadio Alfredo Beranger.