La cuenta regresiva para volver a ver a Chicago después de tanto
tiempo se terminó en el mismo momento que el equipo pisó el césped del
Estadio.El sol, por su parte, nos regalo una primavera en pleno
invierno, todo era alegria, VOLVIAMOS A VER A CHICAGO!!!
La
primera sorpresa la dio Ariel Coronel, que tenia su lugar en el 11
inicial pero un estado febril lo dejó fuera de la cancha y posibilitó a
Darío el “chuky” Arias ser titular.
El torito de Mataderos salió
con la idea fija de explotar las bandas, y para poder hacerlo utilizó de
muy buena manera a Ezequiel Petrovelli que cuando encontraba los
espacios habilitaba siempre a Damián Castagno para que desborde y tire
el centro atrás. La definición fue un problema que costó muy caro en la
temporada anterior y en este partido, pese a contar con la dupla
Alfaro-Carboni como centrodelanteros, parece haber sido el mismo. El
equipo avanzaba pero a la hora de definir se trababa, pero no lograba
cumplir su objetivo. Pasaba el tiempo y San Carlos, como todos los
equipos que vienen a Mataderos, empezaba a hacer tiempo con su arquero,
jugaba al pelotazo, a reventarla cada vez que llegaba a su área... y
Chicago se perdió..., no podía encontrar los huecos necesarios para
realizar una jugada de “riesgo”.
En el segundo tiempo el partido
fue más parejo y Agustín Gomez, empezó a tener más protagonismo tapando
un tremendo cabezazo y un tiro libre que iba directo a la red. Mas
tarde, en otra situación de los “villeros”, el conjunto de Mario
Finarolli contó con la “ayudita” del travesaño que le prohibió el gol a
su nueve. Pese a las falencias del equipo, a la hora de atacar, de la
mano de Petrovelli y Castagno el equipo iba para adelante, y fue así que
llegó el gol de Carboni, pero claro, como en todo el torneo pasado,
Chicago sufrió nuevamente la “ley del off-side”... y el gol no fue
convalidado.
Los ingresos de Eduardo Berón por Cristian Alfaro y
de Emiliano Lago por Juan Barreña no pudieron cambiar la cara del
equipo, y con el correr de los minutos, el conjunto verde y negro
comenzó a desesperarse en busca de la victoria mientras que la visita,
cada vez se conformaba, más, con el empate.