Gomito, Lanaro y Tauber se toman la cabeza. |
El marco era ideal, Chicago jugaba de local ante más de
20.000 personas y podía dar la vuelta en su casa, hecho que ocurrió solamente en
1981, cuando ascendió a Primera A. Pablo Guede, fiel a su estilo, plantó a su
equipo bien ofensivo y desde el arranque fue en busca del gol, pero la
ansiedad, tanto afuera como adentro del campo de juego, le jugaron una mala
pasada ya que con el correr de los minutos, el local entró en desesperación por
el grito sagrado y no lograba entrar en sintonía.
Una de tantas voladas de la tarde protagonizadas por Ramirez |
Melo contó con dos situaciones claras, pero el uno visitante
se lució y sacó pecho ante miles de gargantas que aturdían a propios y ajenos.
En el complemento, Chicago fue dueño del cotejo, tomó la
pelota e intento abrir los espacios, pero la ferrea defensa que vino a
arruinarle los festejos al local, cumplió sus objetivos y casi no dejó pasar a
nadie, y cuando alguien lo lograba, nuevamente Ramirez sacaba a relucir sus
reflejos.
Los minutos se escurrían como agua en las manos y el nerviosismo
aumentaba cada vez más y más. Bajo el grito “para ser campeón hoy hay que ganar”,
retumbaba todo Mataderos y se sintió en el once que estaba dentro de la cancha.
Como sea comenzó a atacar y buscar ese gol que le daría la posibilidad de ser
campeón, pero las cosas no salieron como estaban estipuladas, y el torito de
Mataderos estira la definición.
Una multitud en Mataderos, no paró de cantar. |
La ansiedad, el hambre de gloria, le jugaron una mala pasada
a un equipo ordenado que perdió la cordura en los últimos minutos con tal de
ganar. Fue final 0-0 ante el Lechero.
Ahora el sábado visitará a Colegiales a partir de las 13.10
con televisación de TyC Sports. Tranquilos y con serenidad. Hay plantel, hay
equipo y sobre todo, hinchada, VAMOS CHICAGO!