Gomito se lamenta, al igual que todo Chicago |
Nueva Chicago tenía la gloria en sus manos, pero a dos
minutos del final una jugada desafortunada terminó en penal y Mazzola, de
Instituto, no dudó en cambiar por gol para que el encuentro termine en empate y
complique la historia del Torito.
A más de 24 horas de la finalización del encuentro, todavía
no encontramos palabras para escribir por este medio. Es verdad que la tarea
del periodista es comentarle todo exactamente como fue, sacándose la camiseta.
Pero créannos, ante algo como lo de ayer, se nos resulta imposible. La visita
jugó el partido como una final del mundo, como si fueran ellos quiénes estaban
a punto de tocar el cielo con las manos. Chicago, un poco sorprendido por el
alto nivel del albirrojo, resistió el aluvión y en el segundo tiempo fue en
busca del partido.
El gol de Mendoza hizo temblar a todo Mataderos |
Las cuatro tribunas colmadas y el sol que asomaba, daban el
marco perfecto para que todo se dé como estaba esperado. Más aún cuando a los
77, el reciente ingresado, Diego Mendoza, logra conectar de cabeza un exquisito
centro de David Barbona, estampando de esta manera, el uno a cero para el
local. La emoción y la expectativa se hicieron dueñas de todo hincha, había que
aguantar diez minutos sea como sea, y el objetivo estaba casi cumplido. Pero
esto es Chicago, y tan simple no podía ser el panorama. Es por eso que a los
87, un ataque de Instituto mal defendido por Chicago culminó en que Damián
Lemos, se disfrazó de Alejandro Sanchez, y tuvo que volar con su mano extendida
para que la pelota no ingrese al arco. Roja para el volante central, penal y
una lluvia de silbidos intentaban intimidar al ejecutante Mazzola, que poco le
importó y la clavó fuerte a la derecha del Oso Sanchez que pese a adivinar el
lugar, nada pudo hacer.
Sanchez se tira, pero no llega |
Sin tiempo para nada, Nicolás Lanolina sentenció el final.
Pese al dolor dentro y fuera de la cancha, la hinchada despidió al plantel con
aplausos y canciones de apoyo. Habrá que ganar en Jujuy si se quiere seguir con
la ilusión de volver a Primera. Pese al duro golpe, Chicago no está muerto. El
domingo será otra historia y el verdinegro tendrá que mostrar las agallas que
tiene y tuvo durante toda su historia.
Esta hinchada se merece la Primera División. Más de 23.000 personas se hicieron presentes en Mataderos |