Nueva
Chicago hizo todo lo que tenía a su alcance, le ganó a Quilmes en Mataderos
pero no le alcanzó ya que en el Sur, Temperley igualó ante Argentinos y Huracán
también empató ante Belgrano condenando al Torito que se fue con la frente bien
alta.
Era una
tarde especial en el barrio, los de Forestello iban por el milagro y una
multitud acompañó pese al absurdo horario y día laboral que se escogió para
jugar esta verdadera final. Desde el arranque, Gagliardi ganó de cabeza
tras un córner ejecutado por Carrasco y
puso a los locales 1 a
0, para que la cancha explote en aliento, más aún cuando llegaba que en Parque
de los Patricios, Belgrano se ponía en ventaja. El milagro era posible, aunque difícil
ya que los equipos contra los que peleaba Chicago necesitaban solo una unidad
al igual que sus rivales para conseguir el objetivo.
El gol del Quemero no tardó
en llegar tras una BURRADA, queremos creer que fue eso, de Claudio Perez que le
posibilitó al Globo igualar y cerrar su encuentro ¿En el Sur? Nada, jugaron a
ver quién llegaba menos e igualaron en ese resultado también, 0 por un lado 0
por el otro. Mientras tanto en Mataderos, un grupo de jugadores que no cobra
hace cinco meses, que a los chicos no les alcanza para vivir, dejaban todo lo
que tenían a su alcance con tal de llegar a un épico desempate con alguna de
las ya nombradas instituciones. Fue 2
a 1 con goles del Tano y Carrasco en el segundo tiempo
bajo una lluvia torrencial. No alcanzó y, obvio, tampoco es culpa de quiénes se
salvaron con ese mísero punto.
Chicago quedó condenado tras no poder conseguir
tres puntos en 19 fechas, tras un manejo del plantel paupérrimo en dónde se
desmanteló una base prometedora para traer jugadores de vacaciones que ni
siquiera sumaron minutos de juego. Y todo esta a la vista, tan solo con ver que
del 11 titular sólo Abel Masuero vino en enero y luego son todos pibes o
jugadores que venían del Nacional B (NdR: Salvo Carrasco que llegó en Julio).
Los protagonistas y detrás, un público respetable |
Los errores del 2012 se volvieron a cometer y parece que no se aprendió nada,
pero por lo menos esta vez, se peleó hasta el final porque hubo un grupo que se
bancó todas y nada se le puede reprochar. Las lágrimas de varios de ellos, como
la de Nico Gimenez, demuestran que en este grupo había compromiso. Los
resultados llegaron tarde, producto de una falta de confianza terrible tras el
mal arranque. Chicago la tuvo “fácil” este año y no lo supo aprovechar.
A los
hinchas poco nos puede importar la categoría porque siempre estaremos, pero al
Club si le tiene que importar esto, para crecer, para resurgir de las cenizas,
pero parece que no se comprendió. Desde el 2011 que el verdinegro no se
mantiene en una categoría, por lo menos, dos Temporadas. Siempre con urgencias,
siempre a los ponchazos y, una vez más, lo pagó caro…