"CHICAGO ME HIZO SENTIR PASION POR UN EQUIPO"

 Daniel Tílger pasó por Mundo Chicago Radio, recordó su pasó por Nueva Chicago, contó anécdotas y además se permitió soñar con un club diferente: "Me gustaría que juegue una copa internacional para ver si alguna cancha aguanta a la gente del club".

El ex delantero del Torito, arribó al club en 2002 luego de un breve paso por Argentinos Juniors. Oriundo de Ciudad Evita, Daniel Tílger ya conocía un poco lo que significaba venir al conjunto verdinegro: “Cuando me dijeron de Chicago, ni lo dudé. Ferraro me lleva al club y fue llegar, ver a la gente, a amigos, conocidos del barrio. La felicidad era enorme. Eso fue arribar a Chicago para mí, volví al barrio, porque pese a no ser de Mataderos, era de un lugar muy cercano”.
Claro que esa cercanía y ese conocimiento previo de la institución no aseguraban el éxito. Para saber bien, había que recorrer desde adentro, y una vez hecho esto el delantero sacó sus propias conclusiones: “Chicago es como la vida misma, es el día y la noche. Hay que saber vivir en Chicago, hay que saber lo que es el club. Es como el día diario de cada uno. El día es lindo y algunas noches son malas. A mí me ha tocado que la gente me pida más goles, por la necesidad que teníamos, y revertir todo eso es bueno, es importante para uno”.
A Tilger le tocaron dos temporadas en Primera División en donde el objetivo siempre fue el mismo, evitar el descenso. En la primera lo lograron bajo la conducción de Néstor Gorosito y en la segunda no alcanzó para sostener al Torito en la elite del fútbol argentino. En ambos planteles siempre se destacó la unión grupal y el grado de “locura” que tenían los jugadores a la hora de ponerse la camiseta. “Para mí fue una etapa hermosa. Chicago era único hermano. Llegábamos a la cancha con bombos, redoblantes y tres tiros. El plantel que inventó eso fue el nuestro. En la pretemporada parábamos el micro en la Avenida Independencia, en Mar Del Plata, y nos bajábamos los jugadores que veníamos de correr 20 kilómetros para cantar canciones de Chicago. Es un club muy especial”, recordó aunque no fue la única anécdota sino que rápidamente salió a la cancha una de las locuras más grandes que hizo ese plantel, la llegada al Bajo Flores con bengalas, bombos y pirotecnia para enfrentar al Ciclón: “En cancha de San Lorenzo casi vamos todos presos. No era normal lo que hacíamos. Esa fue una de las grandes locuras nuestras. Antes de ir al Nuevo Gasómetro, en el hotel sacábamos los tres tiros por la ventana y los tirábamos, la gente en el centro no entendía nada”.
En sus dos años con la camiseta verde y negra, Tilger fue el goleador en tres de los cuatro torneos cortos que disputó. En total fueron 17 y todos recuerdan su particular festejo en donde se arrodilla y apunta hacia el cielo como si tuviera una flecha y que, además, se inició aquí, en Mataderos. “Me salió contra Newells, no lo pensé antes, me surgió así. Hoy ya lo han hecho Sergio Ramos, Griezmann y hasta Usain Bolt hizo algo parecido. Lo bueno es que lo hice en un momento lindo en Chicago, después me lo pedían siempre” contó entre risas.
Su última etapa en la institución no fue, tal vez, como él la esperaba. Chicago no logró hacer pie en Primera y los conducidos por Leonardo Madelón perdieron la categoría ante la "Lepra" en Mataderos, una fecha antes del cierre del campeonato. Pese a la tristeza del momento, aún quedaba un partido, ante Independiente en Avellaneda y el 9 de Chicago por aquel entonces, no puede borrar el recuerdo de aquel día dónde el hincha del Torito demostró su fidelidad incondicional. “No sé si hay otro equipo que haya hecho lo que hizo Chicago ese día. Fue algo único, no fuimos campeones, nos fuimos a la “B” eh, pero la gente de Chicago te demuestra eso, por eso uno trataba de dejar la vida, de dejar todo, porque era lo que te hacían sentir. Jugaba el barrio, jugaban los hinchas, jugábamos todos”, exclamó mientras seguía recordando aquella noche: “Nunca vi algo así. No se si se puede explicar con palabras. No salí campeón, no gané un botín de oro, ni di una vuelta olímpica. Pero yo no cambio ese momento por nada, fue único y represento mucho. Más triunfo que ese no debe haber”.
Varios fueron los equipo por los que pasó Tilger y cada uno de ellos le fueron dejando cosas y enseñanzas, pero ¿qué le habrá dejado el verdinegro? “Chicago me hizo sentir pasión por un equipo. Fue muy especial porque fue jugar en mi barrio. Yo era feliz yendo a Mataderos y jugando en el club. Ojalá pudiese haber hecho muchos más goles y haberme ido de otra manera. A mis hijos los llevo a la cancha, vamos a la popular y yo me pongo a hablar con la gente. Fue un equipo que a mí me dio mucho más de lo que yo pude darle”, respondió.
Como escribimos líneas atrás, su ida se dio junto a un doloroso descenso a la B Nacional, es por eso que ahí queda clavada una espina difícil de sacar, pero a sus 49 años no cierra las puertas de volver al club, de la manera que sea necesaria. “A mí me encantaría tener alguna función en el club, poder ayudarlo, de lo que sea, y que le de un beneficio a Chicago. Mi sueño es verlo jugar una copa internacional. Quiero ver el grado de fanatismo. A mi no me va a sorprender, pero a mucha gente si. Quiero un Chicago contra Gremio de Porto Alegre, o Nacional de Colombia y ver si hay una cancha que aguante a la gente de Chicago. A mí me encantaría eso”, describió con emoción.
Por último, y como es habitual en nuestras entrevistas, le consultamos cuál es su tema favorito. Ese que lo potenciaba dentro de la cancha y que ahora, desde la tribuna, le hace quebrar la garganta. La respuesta no tardó en llegar. “Yo soy de Chicago y me gusta la pasta… lo sigo re loco, no me importa nada…”, empezó a entonar el ex delantero que después explicó lo que le producía ese tema: “¿Sabés lo que es esa canción para mí? Me transformaba. Mis compañeros me decían que pare un poquito porque me iban a expulsar de nuevo, pero a mi no me importaba nada, me transformaba, era así”.