“MIENTRAS CHICAGO SIGA TENIENDO DIRIGENTES COMO HINCHAS, EL CLUB NUNCA VA A CRECER”

Mariano Donda habló de todo en Mundo Chicago y no se guardó nada. El ex jugador de Nueva Chicago contó anécdotas del plantel campeón del 2006, recordó sus experiencias en la institución y apuntó con munición gruesa hacia los dirigentes de aquella época.



Por Federico Tallarico

El 27 de mayo se cumplieron 14 años de la hazaña del equipo conducido por Rodolfo Motta en Córdoba que terminó con el ascenso ante Belgrano: “El otro día hicimos una charla de Zoom con el grupo del 2006 y la verdad que era un plantel de jóvenes con muchos sueños, con mucha hambre. Estaba el “Pipa” Higuaín, el “Turco” Zarif, Pellerano, yo, el “Osito” Sigali, Nico Sánchez, el “Indio” Vega. También estaba el “Flaco” García, Rodrigo Astudillo, Omar Gallardo, el “Cabezón” Testa, éramos un grupo que no pensábamos demasiado, sino que hacíamos. Éramos muy ordenados, muy alegres y eso se veía en la cancha”.

El arranque no fue fácil y recién en la séptima fecha, en el triunfo ante Unión, el equipo empezó a encontrar el rumbo que lo llevaría a conseguir subir de categoría. “Fue difícil el arranque, teníamos un cuerpo técnico nuevo, empezamos mal y Rodolfo casi se va. El partido que nos posicionó para salir adelante fue contra Huracán, que ganamos con dos hombres menos”, recordó Mariano en charla con Mundo Chicago (sábados a las 11 por AM 1290 radio Interactiva).

Donda no la tuvo fácil a la hora de asentarse en Primera División y, de hecho, debutó con más de 20 años, cosa poco común en un jugador profesional, es por eso que el ascenso significó mucho para el volante: “Para mí fue como recibirme en la universidad. En las Inferiores hay un proceso como si fuera la primaria y la secundaria. Después llegar a Primera es como que te recibís con un título universitario y luego empieza otra vida, que es la laboral”.

Su debut se dio de la mano de Sergio Batista, director técnico que justamente no lo llevó ni siquiera a la pretemporada en 2005, pero que al jugador lo marcó por su total sinceridad: “Fue muy difícil esperar. Esperar duele y era una frustración tras frustración, porque giraba a la derecha y Nico Sánchez con 18 estaba jugando, Sigali con 19 también, todos chicos que los vi pasar y jugaron antes que yo, pero mi tenacidad me daban fuerzas para seguir intentando, me la jugué. Yo no fui a la pretemporada con el “Checho” a los 22 años. Tuve que entrenar en el parque Indoamericano en Flores, pero el DT me dijo que si me veía bien, me iba a dar una oportunidad y hasta la décima segunda fecha ni en el tercer equipo estaba. Yo le agradezco la sinceridad y es lo que aprendí de él”.

Tal como lo contó el jugador, en la décimo tercer fecha de ese torneo en 2005 le tocó tener más protagonismo y en los últimos dos partidos de la temporada regular, Donda convirtió sus primeros goles con la camiseta verdinegra ante Sarmiento en Junín y con Belgrano en Córdoba. “Los botines me los había prestado un vecino. El gol fue empezar a sentir que podía y que todo ese sacrificio da frutos”, agregó.



Tras esa temporada, el ex Bari, Godoy Cruz, entre otros, no largó más los papeles principales del equipo y en un abrir y cerrar de ojos se encontró en la elite del fútbol argentino, pero claro está que para llegar ahí hubo que sufrir mucho y el encuentro de vuelta ante Belgrano fue un claro ejemplo de esto. “Esos partidos se juegan con el corazón. En ese momento no pensábamos, porque si nos poníamos a pensar que nos habíamos comido tres goles, nos paralizábamos. Pero que esté Wernly de delantero a los 107 minutos y que el “Chiqui” Carranza se la ponga en la cabeza, fue algo del destino que marcaba que teníamos que estar ahí”, apuntó.

El gol de Wernly fue un total desahogo para todo Chicago, por todo lo que estaba pasando en ese lugar y Donda, junto a Zermatten, fueron los que más se desquitaron con el banco suplentes rival, en donde se encontraba Carlos Ramacciotti, director técnico que terminó dirigiéndolo en el último tramo del "Torito" en Primera División. “Cuando supe que venía a Chicago, llamé a Filomeno y le dije que no me quería quedar, que yo había tenido este problema y lo pasó de largo. Cuando vino Ramacciotti me dijo apuntándome con el dedo “a vos no te quiero” y me quedé duro. Pero me estaba jodiendo y después comentó “Ahora estamos en el mismo barco”. Con Carlos ahora tengo buena relación”, describió el ex volante que ahora tiene 38 años.

La formación que venció a River en 2006.
(Foto: Gentileza de la familia Roldán)

Su final en el "Torito" fue poco grato y no terminó de la mejor manera debido al desenlace que tuvo el descenso de ese equipo que tenía condiciones para más. “Me dolió la muerte primero, se fue alguien: Desde afuera me di cuenta lo que uno aguantaba, porque si yo tenía que ser un ser racional, no podía ni mover las piernas por las cosas que pasaban en el club”.

En una charla a corazón abierto, Donda explicó su congoja al dejar la institución: “A mi me da tristeza lo que hemos dejado al club en nivel económico todos esos chicos, y lo que el club no pudo hacer. No estuvo a la altura ni preparado para administrar los bienes propios. No puedo entender como vendiéndome a mí, al “Osito”, a Nico, al “Indio”, a Nahuelpan, Lucas Simón, en un dólar diferente, se haya ido para abajo en vez de para arriba”.

La situación económica del club, debido a las ventas, dejaba un panorama idea para dar ese salto que necesitaba. La camada de chicos que habían salido rendían dentro de la cancha y las miradas de los demás clubes recaían en todos ellos pero, una vez más, no se aprovechó la oportunidad y Mariano fue claro en su postura: “En ese momento yo decía, mientras Chicago siga teniendo dirigentes como hinchas, el club nunca va a crecer. Hace falta capacidad. Los clubes necesitan la posibilidad de tener personas profesionales y Chicago no lo tuvo. Yo fui a Italia con los dirigentes y estaban en bermudas. Estamos hablando de que fuimos a Roma a negociar el contrato y estaban en bermudas”. Además no se quedó callado a la hora de hablar que su pase al Bari de Italia, que casi se frustra por los manejos dirigenciales: “Tuve que dejar mi 15% a Filomeno en una carta firmada porque sino no se hacía el pase y yo trabajaba en Buenos Aires, tenía un Clio, era un pibe sufrido, laburador. Hicieron un desastre, un desastre, un desastre”.

La conversación cada vez se tornaba en un verdadero baño de crudeza y realidad y Donda siguió hablando: “Hoy el club está en una situación rara, pero como le dije el otro día, si un martes hay 15 mil personas y de esas, 12 mil no pagaron… Eso es Chicago, eso es el club y agradezco no estar adentro porque me haría mal y ya la pasé. Ojalá las cosas puedan cambiar. Es un club lindo, que tiene su propio lugar para entrenar, que está bien ubicado y que esté en una situación incomoda es triste, porque tiene un montón de cosas para ser un Lanús, un Banfield”.

Está claro que en este fútbol, parece difícil encontrar una solución inmediata a estos problemas que expuso sin pelos en la lengua Donda, ya retirado de la práctica profesional desde el 2016, es por eso que para él no depende solo de lo dirigencial o del hincha genuino: “Chicago tiene muchas más cosas positivas, que con miedo de enfrentarlas no van a crecer, que cosas negativas. Para mi tiene un montón, pero están dormidas. Los dirigentes solos no pueden y los hinchas que van y pagan sus entradas, tampoco”.

Con todo lo expresado, uno se pregunta cómo hizo ese plantel para poder llevar adelante el ascenso, mientras en el alrededor todo estaba en llamas y el entrevistado no le escapó a la consulta: “Nosotros creamos nuestro mundo de fantasía. Esa fuerza fue la que nos llevó adelante y a pasar las cosas. Unos meses antes, en Mar del Plata, subieron hinchas y le pegaron al técnico porque dijo que los iba a denunciar. ¿Cómo hacías para levantar las piernas? Era o hundirnos o nadar en dulce de leche y salir. Eso nos hizo fuertes, la bondad de los jugadores, del hincha sano, no del que venía en la semana a apretarnos”.

Para cerrar Mariano dejó su útlima conclusión y se dirigió directamente a la comisión directiva actual y a los socios del equipo de Mataderos: “No conozco a los dirigentes de ahora, nunca los conocí, pero ojalá tengan la capacidad de poder pedir ayuda si la necesitan para que con el compromiso que tienen puedan sacar al club adelante. Porque Chicago tiene muchos más hinchas genuinos, honestos y fieles que los que se ponen arriba de la batuta y con intimidación pueden más que la misma institución. Ojalá puedan porque es un lindo club”.