Nicolás Sánchez, una de las figuras en el ascenso a Primera División en 2006, recordó aquel hito en la historia verdinegra y describió un deseo a largo plazo: retirarse en Mataderos junto a Daniel Vega y Leonardo Sigali.
"Tengo un nudo en la garganta. Y más cuando escuché a Rodolfo. Les juro que estoy emocionado". La nostalgia le impide hablar, los recuerdos invaden su mente. Aquel 27 de mayo de 2006 está impregnado en la memoria de Nicolás Gabriel Sánchez, una de las piezas clave en el ascenso a Primera División: "Fue un semestre maravilloso. En las primeras fechas perdimos cuatro partidos. Pero se había armado un grupo de puta madre. Ese equipo tenía un corazón enorme. Es la demostración de lo que es un buen grupo y a lo que podés llegar. No nos moríamos nunca, nos sobreponíamos a todo. Teníamos un amor por nosotros y por el club, a pesar de que muchos no eran hincha de Chicago".
Aquel equipo de Rodolfo Motta, que consiguió el tercer ascenso a la máxima categoría, logró la epopeya ante Belgrano en el entonces Chateau Carreras -hoy Mario Alberto Kempes-. Uno de los baluartes fue Sánchez, quien a los 20 años compartió el equipo con otras dos jóvenes promesas del semillero verdinegro: Leonardo Sigali (19) y Daniel Vega (21). Hoy, a 13 años de aquella noche mágica en Córdoba, es inevitable pensar en el regreso. "Hablo con ellos. Los tres pensamos lo mismo. Por mi parte, tengo el sueño de terminar mi carrera donde la empecé. Pero no le puedo mentir a nadie, la realidad es que hoy no estoy para volver, tengo que aprovechar este momento que estoy viviendo en México, que es fabuloso. Además, no me siento en el final de mi carrera. Ojalá que me puedan esperar un tiempito más porque es mi sueño. Y seguramente también es el del Oso y el del Indio", describió el zaguero que hoy tiene 33 en diálogo con Mundo Chicago (sábados a las 11 por AM 540 y FmVivir.com).
Escuchá la entrevista completa en nuestro canal de YouTube
